El 11 de noviembre recibí un informe sobre una perra preñada que necesitaba ayuda desesperadamente. No sabía que su historia me dejaría desconsolada y asombrada por su fuerza.
Cuando finalmente llegué a ella, mi corazón se hundió al ver el estado en el que se encontraba. Estaba a pocos días de dar a luz, pero había sido abandonada en una caja con el cuello roto. Estaba claro que había sufrido un trauma violento y su cuerpecito estaba cubierto de signos de abuso.
Cuando la llevé rápidamente al veterinario, quedó claro que su situación era extremadamente crítica. Sus cachorros estaban en riesgo y teníamos que actuar rápido. El veterinario sugirió que la trasladáramos a un hospital más grande para recibir atención especializada.
En mis brazos, ella se desplomó y pude sentir su vientre sangrar profusamente. Estaba claro que necesitábamos actuar rápidamente para salvarle la vida. Le hicieron una transfusión de sangre inmediatamente y el nuevo veterinario trabajó para estabilizar su cuello lo mejor posible.
Pero a pesar de nuestros mejores esfuerzos, ella todavía no podía moverse. Sólo podíamos esperar que ella pasara la noche. Milagrosamente, al día siguiente estaba un poco mejor. Pero ella todavía corría riesgo de muerte.
El veterinario explicó que necesitaba una cirugía en el cuello para salvar su vida. Sin embargo, tuvimos que esperar hasta que ella diera a luz a sus cachorros. 48 horas después de dar a luz a 7 cachorros, dos de ellos nacieron muertos. Estaba claro que Belinha todavía no estaba en condiciones de alimentar a los cachorros que le quedaban y teníamos que encontrar una manera de mantenerlos con vida.
Pero a pesar de las probabilidades, los cachorros que le quedaban eran fuertes y luchaban por sobrevivir. Fue nada menos que un milagro que todavía estuvieran vivos.
Finalmente, Belinha estaba lista para la cirugía. Y por suerte todo salió muy bien. Permanecería en una habitación especial durante 72 horas, para poder mejorar antes de ver a sus cachorros.
No puedo expresar lo suficiente gracias a la Protetora Carol, quien salvó a Belinha y nos la llamó la atención. Sin ella, no hubiéramos podido salvar a esta valiente madre y a sus cachorros. La historia de Belinha es un testimonio de la fuerza y la resistencia de los animales, y del poder de la compasión humana para ayudarlos en momentos de necesidad.