Los perros son el mejor amigo del hombre. Son leales, confiables y siempre están listos para ayudar a quienes lo necesitan. Estas adorables criaturas están llenas de amor que brindan a sus dueños.
La buena mujer Nicola Coyle construye un asilo para perros ancianos solitarios donde podrán pasar los últimos días de sus vidas en paz, amor y armonía.
Sin embargo, hay muchos perros, abandonados por humanos en refugios o en las calles, que se quedan solos hasta el día de su muerte. Esto sucede en todo el mundo, y cada día muere un perro solo en algún rincón de la Tierra. Si bien la mayoría de la gente se muestra apática, Nicola Cowell decidió hacer algo por los perros mayores. Así que construyó una perrera en Mansfield para ayudar a estos perros afligidos a pasar los últimos momentos de sus vidas con amor y serenidad.
En un momento dado, Nicola sólo puede permitirse dos perros, los que tienen varios meses de vida o los que están en la lista de eutanasia. Normalmente los consigues en refugios que intentan cuidarlos, porque se lo merecen.
La idea de que estos desafortunados animales mueran solos y sin el amor y el cuidado que necesitan rompe el corazón de esta dulce mujer. Por eso, hace todo lo posible para que los momentos, semanas o meses de muerte de estas frágiles criaturas tengan significado.
Cada perro tiene su propia historia triste, y casi todos los perros son abandonados por los humanos porque envejecen demasiado o porque no tienen dinero para cuidarlos o pagar al veterinario.
Nicola gasta casi 500 libras esterlinas en un cachorro. Les prepara una celebración de cumpleaños, aunque no tiene idea de cuándo es su cumpleaños. La simpática mujer los lleva a la orilla del mar para buscar pescado o helado en la playa. También van a un bar de barrio y cenan allí. Gracias a Nicola, estos perros viejos tienen la oportunidad de ser felices y un poco amados.