Cuando llevaron a Fénix al refugio por primera vez el 15 de marzo, mi corazón se rompió. No era más que un saco de huesos, cubierto de pelo para ocultar sus heridas. Sin embargo, a pesar de su estado debilitado, me miró con ojos suplicantes, rogándome que no lo dejara solo.
Fénix estaba tan débil que ni siquiera pudo hacerse un análisis de sangre en el consultorio del veterinario. Le pusimos una inyección de medicamento y una inyección de azúcar en sangre, luego le dimos un poco de agua. Afortunadamente lo tomó bien. Durante las siguientes 48 horas, Fénix permaneció en una habitación especial con líquido en las venas en todo momento. Tenía una lesión en la parte inferior del cuerpo que le impedía ponerse de pie y estaba claro que había sido maltratado por humanos.
A pesar de su dolor y sufrimiento, Fénix aún logró sonreír. Después de dos días en cuidados intensivos, el estado de Fénix había mejorado. Sus niveles de azúcar en sangre se estabilizaron y pudo comer solo algunos alimentos crudos. Su temperatura corporal también volvió a la normalidad. Sin embargo, todavía necesitaba el apoyo de medicamentos y alimentación con biberón.
Con los cuidados y atenciones adecuados, la salud de Fénix mejoró gradualmente. Su herida empezó a sanar y se volvió más activo y juguetón. Su apetito aumentó y terminó toda su comida. Los resultados de sus análisis de sangre mostraron una mejoría y las radiografías revelaron que sus huesos rotos se habían curado. Fénix estaba en el camino de la recuperación.
Finalmente llegó el día en que Fénix pudo ponerse de pie adecuadamente y dar algunos pasos. Todavía tenía miedo de caminar, pero con un poco de ayuda logró dar sus primeros pasos afuera. Fénix siguió mejorando y ganó peso con alimentos extra nutritivos. Las heridas de la parte baja de su espalda sanaron por completo, lo que le facilitó caminar sin dolor.
Ahora, Fénix es un perro próspero y se lleva bien con los demás en el refugio. Ha recorrido un largo camino desde el perro demacrado que fue abandonado frente a nuestro refugio. La historia de Fénix es un recordatorio de que con el cuidado y el amor adecuados, incluso los animales más abandonados pueden recuperarse y prosperar.